Llegamos al final del rodaje de 'Villaviciosa de al lado'. Tras once semanas compartiendo con vosotros los entresijos del rodaje, nos despedimos de la mano de Tito Valverde y Miguel Rellán. Para este último videoblog hemos contado con los más veteranos que interpretan, respectivamente, a Augusto y Aurelio.

Sobre sus personajes, poco nos pueden decir. Porque además de sus nombre, "no saben nada más". "Somos una especie de pre jubilados", explica Miguel Rellán. "Somos mayores que hacemos de mayores, eso se ve claramente", añade Tito Valverde.

Su misión es comprarse unos puritos y a disfrutar del espectáculo. Tienen pocas frases pero como dicen los protagonistas, "las decimos magistralmente". Son observadores sensatos con lucidez de esta absurda realidad.

ASÍ ES 'VILLAVICIOSA DE AL LADO'

Quien no haya soñado alguna vez con que le tocaba la lotería que levante la mano. Todos hemos jugado a imaginar lo que haríamos si nos convirtiésemos en millonarios de la noche a la mañana: cambiar nuestro modesto utilitario por un descapotable de lujo, dejar nuestro tercero sin ascensor por un chalet con piscina y pista de pádel… o, simplemente, la satisfacción de hacerle al jefe un sonoro corte de mangas.

Pero… ¿qué pasaría si se cumpliese ese sueño? ¿Qué pasaría si te tocase la lotería, encontrases la solución a todos tus problemas, pero no pudieras cobrar el premio porque al hacerlo todo el mundo descubriría tu afición a frecuentar a señoritas de moral distraída?

Eso es lo que ha pasado en Villaviciosa de al Lado, una tranquila localidad que ha resultado tocada por la varita de la suerte siendo agraciada con el primer premio de la lotería. Pero las cosas no siempre son tan fáciles como parecen, y hasta para coger una rosa puedes clavarte una espina. La espina de Villaviciosa es el Club Momentos, un local de alterne, que adquirió el número premiado y que ha repartido el premio en numerosas participaciones entre sus clientes.

Es entonces cuando surge el dilema: ser millonario pero cargando con la etiqueta de putero, o seguir en números rojos, pero con una moral intachable. Un dilema que convierte ese sueño en una verdadera pesadilla.