Ya estamos llegando al final del rodaje de 'El Guardián Invisible', la nueva película de Fernando González Molina, director de éxitos como 'Tengo Ganas de ti' o 'Palmeras en la Nieve'.

La historia de 'El Guardián Invisible' está basada en el primer libro de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo. La autora es la protagonista de esta nueva entrega de nuestro diario de rodaje con el que cada semana os mostramos nuevas imágenes de la película, nos colamos en los escenarios y conocemos a todos los personajes.

Dolores Redondo afirma estar muy "ilusionada" con la película. "Para un autor ver a sus personajes convertidos en seres reales es emocionante". La primera vez que llegó al rodaje y vio a tanta gente trabajando, no dejaba de pensar "en lo pequeñita que era la historia al principio". La autora escribió la novela "en un pequeño despacho de su casa".

Para Dolores, El Baztán reúne las características de "paisaje muy potente". Además añade que "la arquitectura de la zona es muy marcada". La propia configuración del valle "ha hecho que muchas tradiciones y costumbres se hayan mantenido en el tiempo como las tradiciones mágicas de la mitología". La importancia del bosque en la novela es primordial.

La trama de 'El Guardián Invisible' gira en torno a la inspectora Amaia Salazar, que tras aparecer el cuerpo desnudo de una adolescente en una circunstancia que lo relaciona con un asesinato ocurrido un mes atrás, deberá dirigir la investigación que la llevará de vuelta al pueblo de Elizondo, donde ella creció y del que ha tratado de huir toda su vida.

"Lo que ha ocurrido entre Amaia Salazar y el público es casi magia", explica la autora. Es heroína y segura y comete muchos errores. Cuando Dolores Redondo supo que iba a ser Marta Etura la encargada de dar vida a Amaia Salazar, estaba "feliz". "Encaja perfectamente en la imagen de la Amaia que yo me había imaginado y estoy segura que también para los espectadores".

Marta Etura tiene esa fortaleza interior que tiene el personaje. El peso de haber sufrido, de llevar una carga oculta, una madurez especial que otorga el haber sufrido. "Marta lo tiene en la mirada".