Antena 3 estrena el domingo, a las 22:10 horas, en ‘El peliculón’, el trhiller español ‘La isla mínima’. Producida por Atresmedia Cine, está protagonizada por Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez. A ellos se unen rostros del celuloide español como Antonio de la Torre, Nerea Barros, Jesús Castro, Jesús Carroza o Salva Reina.

‘La isla mínima’ supone un viaje a una comunidad aferrada al pasado, aislada, opaca y plegada sobre si misma donde nada es lo que parece y en la que dos adolescentes desaparecen durante las fiestas. El filme tiene más de 125 secuencias, 40 personajes, 80 localizaciones distintas y fue rodada casi en su totalidad en la inmensidad de las marismas del Guadalquivir.

La cinta se alzó con 10 Premios Goya en 2015, proclamándose como la triunfadora de la noche con los premios a Mejor película, Mejor dirección, Mejor guión original, Mejor interpretación masculina protagonista, Mejor actriz revelación, Mejor fotografía, Mejor música original, Mejor dirección artística, Mejor montaje y Mejor diseño de vestuario.

A estos diez Goyas se suman la Concha de Plata del Festival de San Sebastián al mejor actor para Javier Gutiérrez, el Premio del jurado del Festival de San Sebastián a la mejor fotografía para Álex Catalán así como 5 Premios Feroz, 2 Premios Forqué, 8 Medallas CEC y diez premios Asecan, entre otros muchos galardones conseguidos desde su estreno en septiembre de 2014.

‘La isla mínima’

1980. En un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir, olvidado y detenido en el tiempo, dos adolescentes desaparecen durante sus fiestas.  Nadie las echa de menos. Todos los jóvenes quieren irse a vivir lejos y algunos de ellos se escapan de casa para conseguirlo.

Rocío, madre de las niñas, logra que el juez de la comarca, Andrade, se interese por ellas. Desde Madrid envían a dos detectives de homicidios, Pedro y Juan, de perfiles y métodos muy diferentes que, por distintos motivos, no atraviesan su mejor momento en el cuerpo.

Una huelga de los trabajadores del campo pone en riesgo la cosecha del arroz, principal riqueza de la región, y dificulta las tareas de investigación de los dos policías que reciben presiones para solucionar el caso cuanto antes.  Sin embargo, la investigación policial pone en evidencia que en los últimos años han desaparecido varias jóvenes más y que aparte del arroz existe otra fuente de riqueza: el tráfico de drogas.

Nada es lo que parece en una comunidad aislada, opaca y plegada sobre sí misma. Las pesquisas de los detectives parecen no llevar a ningún lado.  En este difícil proceso, Juan y Pedro deberán enfrentarse a sus propios miedos, a su pasado y a su futuro.  Su relación se irá estrechando y sus métodos se harán parecidos. Lo único importante es dar con el asesino.